lunes, julio 26, 2010

Que suerte. POV Alfredo

-¡Alfredo! ¡Alfredo, ven aquí rápido!- empezó a gritar mi mamá. Yo estaba totalmente dormido. “¿Qué le ocurre? Son las... 3:30 am” pensé después de ver el reloj.


Gruñí, me levante y me puse la primera camisa que encontré, porque sabia que no me iba a dejar en paz hasta que bajara. Me rasqué la cabeza y bajé las escaleras con toda la tranquilidad del mundo.


-¿Qué pasa?- le dije después de bostezar. Vi que estaba mirando fijamente para abajo, hacia donde estaban sus manos, y yo la imité. Tenía un sobre largo y blanco.


-Es del hospital- me dijo quitando sus ojos del sobre para verme. No estoy muy seguro, pero creo que en ese momento mi cara se puso totalmente pálida y sentí como si toda la sangre de mi cuerpo se hubiera congelado. Ella se quedó callada y estiró las manos. Supuse que me quería dar el sobre y caminé hasta ella. Lo agarré sin dudar y me le quedé viendo un largo rato.


-Apenas van ocho días- susurré y lo abrí. En ese momento sentí como la vida volvió a mí.


Abrí los ojos y miré a mi alrededor, todo estaba negro pero había una luz que alcanzaba a distinguir. Vi que estaba tirado en el piso y, con la cabeza dándome vueltas a más no poder, me paré. Empecé a recordar lo que había pasado y me empezaron a salir lágrimas contra mi voluntad.


-Hijo, me asustaste, ¿Qué fue eso?- me dijo mi mamá. Me limpié rápido las lágrimas y volteé hacia donde estaba ella.


-No sé, ¿No me desmayé?- le dije aguantándome las lágrimas a más no poder.


-Si te desmayaste, fue por tres segundos. ¿Qué decía la carta?- me dijo sin poder ocultar su curiosidad. Yo la dejé caer y me salí corriendo. Me metí al carro y empecé a llorar descontroladamente de felicidad.


No tenía SIDA.


Oí que mi celular empezó a sonar. Vi la pantalla y decía: “Daniela”. Lo abrí sin pensarlo.


-¿Daniela? Te tengo que decir algo...-


-Lo siento, no soy Daniela- me interrumpió una voz desconocida- perdón, de verdad, lo siento mucho, nece... necesito ayuda, rápido- eso me sacó mucho de onda. Al parecer, esta voz estaba llorando.


-¿Perdón? ¿Quién eres?-


-Eso no importa, tu amiga y yo acabamos de chocar, al parecer ella venía borracha, no lo sé. Por favor ayúdame. Estamos en.....- me dijo implorando. Yo solté mi celular y arranqué el carro.


El lugar en el que estaban lo conocía como la palma de mi mano, estaba cerca de la casa de un amigo mío con el que siempre iba a jugar wii, porque el tenía los mejores juegos.


Ya casi ni veía por las lágrimas, pero no me importó. Seguí manejando, iba como loco, lo bueno que no había tráfico porque faltaban quince minutos para ser las cuatro de la mañana. Cuando veía que no venía nadie, ni siquiera frenaba en los semáforos.


El sólo pensar en que a Daniela le pudo pasar algo, me hacía sentir pésimo. Yo sé que sin ella, mi vida estaría vacía. ¿Por qué justo en este momento? ¿Por qué justo cuando me había enterado de que estaba sano? ¿Por qué cuando me había enterado de que podía pasar el resto de mi vida con ella sin temer que nada malo le pasara?


Le pise más fuerte al acelerador y espere que Dios volviera a estar conmigo como cuando me había ayudado a superar lo del SIDA.


Cuando estaba a solo una cuadra, el maldito carro se me apagó. No lo podía creer, ¿era enserio? No me detuve a pensarlo salí corriendo. Ya había pasado la gasolinera que me había dicho esta muchacha que estaba cerca del lugar.


Justo en el momento en que llegue, llegó la ambulancia. No sé cómo no la pude haber oído. Me acerqué más y gracias a Dios ya habían metido a Daniela a la ambulancia, estaban por cerrar la puerta y yo los detuve.


-¿Puedo ir?- dije desesperado.


-¿Eres familiar de ella?- me dijo un paramédico.


-Soy su... novio- dije con las lágrimas desbordando de mis ojos.


-Esta bien, sube- me dijo después de darle una mirada a su compañero. Antes de que dijera sube, yo ya estaba arriba de la ambulancia.


¡Maldita sea! Daniela estaba demacrada . Tenía un vidrio encajado en el hombro, muy cerca de el cuello y otros tres en la pierna. Estaba derramando sangre de su frente, y a causa de eso, toda la cara la tenía roja. Se veía pálida, parecía como si de un minuto a otro... ni siquiera lo quería pensar. Me sentía TAN impotente viendo a los paramédicos hacerle mil cosas y yo solo... sentado. Le agarré la mano con mucho miedo a causarle algún daño, le limpié la cara con mi camiseta y se la acaricié.


-Vas a estar bien, vas a estar bien, TIENES que estar bien- repetía una y otra vez.


Los paramédicos estaban concentrados en la herida de su cabeza, así que yo le quité el maldito vidrio que tenía en el hombro. Cuando se lo quité, gruñó. Eso era una buena señal... ¿no?


-Va a estar bien, ¿verdad?- le pregunté desesperado a los paramédicos. Ellos se miraron entre si y no me contestaron nada. Puse mi cabeza en su estómago, al parecer el único lugar en el que no se había lastimado, y me puse a llorar desesperadamente.


Cuando al fin llegamos al hospital, los paramédicos la bajaron corriendo y yo los seguí, pero cuando entraron a un cuarto de urgencias, me impidieron el paso.


Me senté afuera de la puerta sin poder creer que esto estaba pasando.


-¿Usted es familiar de la señorita?- me preguntó una señora después de tocarme el hombro.


-Soy su novio- le dije sin titubear.


-Me puede acompañar, por favor- me levanté y la señora empezó a caminar hasta llegar a la recepción.


-Disculpe... ¿Usted sabe como esta Daniela?-


-¿Tiene modo de comunicarse con los papás de ella?- dijo evadiendo mi pregunta.


-Si... si tengo modo-


-Pues comuníquese- dijo sacando una carpeta.


-Claro, claro- dije sacando mi celular. Antes de que sonara dos veces, su mamá contestó.


-¿Alfredo? ¿Estás con Daniela?- me dijo desesperadamente.


-Algo... así- dije titubeando. Después de dar un gran suspiro, le conté lo que había pasado. De verdad, nunca, NUNCA en mi vida había oído a una señora tan mal, la voz se le oía demacrada, como si a ella le hubiera pasado y no a Daniela.  Antes de que terminara ella ya se imaginaba lo que había pasado. Me dijo que enseguida salía hacía el hospital y colgamos.  Después le llamé a mi mamá y me dijo que ella también venía.

Cuando le colgué, la enfermera estaba lista para hacerme una... entrevista. Me preguntó TODO sobre ella, me preguntó hasta si sabía cuando era su menstruación y no tengo idea del porqué, pero si lo sabía.


Cuando terminó, regresé al lugar en el que estaba antes y yo solo veía como doctores entraban y salían con cara de preocupación. En una de esas, no aguanté y detuve a un doctor.


-Disculpe, ¿sabe si Daniela mejorará?- le dije con lágrimas cayendo por mis mejillas.


-¿Eres... su hermano?- me dijo con una cara de preocupación que no ayudaba en nada.


-No, soy su novio- dije por enésima vez, aunque creo que no era cierto.


-De verdad, con todo mi corazón te digo que estamos haciendo todo lo posible, pero hay probabilidades de que quede paralítica de la cadera para abajo- en ese momento, mi mundo se volvió a ir abajo con el doble de intensidad.
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Pff... lo sé, mil doscientos años sin publicar,
pero estaba de vacaciones xD
Me fui a Phoenix, Arizona (si, ya sé, la nueva ley está muy dura, pero no me importó xD)
y de ahí me fui a Sinaloa.
La verdad, me la pasé muy bien, conocí a gente muy bonita (y a chicos muy guapos xD)
y me divertí mucho que es lo importante.
Extrañé tanto ésto, de verdad que aquí me desahogo (no sé cómo, pero lo hago xD)
y me arrepentí muuucho por no haber llevado un lápiz y un papel, porque mientras estaba en el camino (18 horas de Phoenix a Sinaloa :S) fui haciendo este capítulo,
bueno, la última parte no estaba planeada 8-)  (si, ya sé, seguramente me querrán matar en este momento xD)


Me voy esperando que les haya gustado este capítulo y esperando poder renovar pronto, ya que últimamente tengo muchos problemas :C
Pero bueno, luego les cuento :CCCCCC
Ba-bayyyyyyyyyyyyy
y pásensela a toda madre xD

3 comentarios:

mmariab dijo...

DIOS! sera que todos tus capitulos son tan.... unicos! jaja ayy no me tienes sentada al borde de la silla enserio! espero qe si se mejore.. ya les toca ser felices !! jaja publica pronto un beso (:

Daniela dijo...

Donde andabas?? Me enojo ¬¬ Es de mis blogs favoritos

Noo, noo ¿Que le pasa a Daniela?

Que lindo Alfredo y que bueno que no tenga sida

¿Daniela vivirá?

AAAAh q intrigaa publica pronto!! Besos♥

Sandra dijo...

Ay, Dios O.O
Primero, ¡¡no tiene SIDA!!
Segundo... O.o Pobre Daniela, ¡con un vidrio incrustado en el hombro! ¡Y se va a quedar paralítica! T-T ¡¡Pobre!!
Y tercero... no veas lo raro que es estar leyendo este capítulo tan triste mientras escucho la canción del Waka-Waka de tu música... xD
¡¡Muy bueno, pero buenísimo, el capítulo!! *.* ¡¡Me encantó!!